Cristina Cortés, entrenadora EMDR de niños y adolescentes, explica el beneficio del trabajo con EMDR en niños y adolescentes. Para el público general, la palabra "trauma" se asocia a guerras, crímenes violentos, terremotos... Sin embargo, hay experiencias más corrientes que pueden causar sintomatología profunda y persistente en niños de corta edad. Estos problemas, si no se tratan, no siempre mejoran por si solos, e incluso pueden empeorar con el tiempo. Aquí es donde el tratamiento con EMDR puede ayudar (Shapiro, prólogo al libro Curación del trauma infantil con EMDR).
Los niños son extremadamente vulnerables a los acontecimientos traumáticos y además, muchas situaciones que los adultos consideramos ordinarias, los niños las experimentan como amenazantes para su vida. La primera infancia está repleta de intentos repetidos, fracasos, y finalmente éxitos en el aprendizaje del gateo, andar, hablar, relacionarse con los demás y en el alcance paulatino de autonomía en un mundo potencialmente peligroso. Para lograr todas estas conquistas es necesario tener enraizada la creencia "soy digno de ser querido, soy valioso, merezco que me cuiden, estoy seguro”. Estas creencias aportan seguridad y la valentía para arriesgarse ante los peligros inherentes al crecimiento hacia la independencia. Estas creencias se desarrollan en entornos tanto físicos como afectivos seguros.
El concepto de trauma para un niño tiene otra dimensión. Pueden resultar traumáticos acontecimientos aparentemente menores, como la llamada de atención de un profesor, una imagen impactante de una película, el atragantamiento con una pieza de comida, la muerte de un abuelo, o experiencias tempranas de las que no hay aparentemente memorias durante la gestación o el parto. Por supuesto, también son traumáticos sucesos de gran envergadura como accidentes de tráfico o catástrofes. En todas estas experiencias se instalan creencias de "estoy en peligro”, “no soy querido”, etc., que pueden impactar en todo el desarrollo posterior y e interferir en los retos evolutivos que los niños deben ir conquistando. Es por ello que los niños que han vivido estrés traumático continuado o en contextos de vínculos inseguros pueden experimentar un deterioro funcional en muchas áreas.
Los niños son más vulnerables al trauma que los adultos. Las experiencias en un adulto alteran la organización del cerebro, en un niño afectan el propio desarrollo de ese cerebro.
EMDR, se adapta a la población infantil teniendo en cuenta el momento de desarrollo evolutivo y madurativo de cada niño y a las características específicas de la población infantojuvenil. El protocolo básico que se emplea con adultos es adaptado al desarrollo cognitivo, emocional y psicomotor del niño, para ello en las dinámicas terapéuticas se emplean dibujos, narrativas personalizadas, caja de arena, marionetas, terapia de juego, etc. En todo el proceso terapéutico es imprescindible contar con la familia, con las figuras de apego o cuidadores.
El proceso formativo de los terapeutas que quieren trabajar con niños con EMDR incluye unos niveles básicos de formación en infantojuvenil (donde se revisa la adaptación del protocolo al nivel madurativo del niño/adolescente), supervisiones específicas, y formación avanzada. Tras este proceso, pueden optar a la Acreditación como Clínico EMDR de niños y adolescentes.
En la intervención en la población infanto-juvenil es también muy importante la colaboración de la familia, el niño vive inserto en un mundo relacional familiar y lo ideal es contar con las figuras de apego como apoyo en las sesiones de EMDR. Si los padres están preparados y no se encuentran desbordados por las experiencias, van a ser aliados fundamentales en la intervención. En caso contrario será conveniente dotarles de recursos para que puedan acompañar a su hijo en el proceso terapéutico, pudiendo beneficiarse incluso de intervenciones propias e individuales de EMDR.
Cuando conseguimos involucrar al sistema familiar en el proceso terapéutico se puede ir más allá de resolver el síntoma puntual del menor que ha sido el motivo de consulta. Se puede lograr un cambio a un sistema familiar con más recursos y más seguros que tendrá mayores habilidades en el acompañamiento de sus hijos durante el desarrollo, aumentando las posibilidades de que sus hijos adquieran mayor resiliencia para afrontar adversidades futuras.
Un libro explicando EMDR para los niños
¿Cómo puedo Salir de aquí? quiere llegar a los niños, pero también a las familias, psicoterapeutas y educadores que en ocasiones no encuentran cómo transmitir a un niño o niña que se puede salir del sufrimiento, incluso que hay formas que te ayudan a ello sin tener que contar lo ocurrido, cuando esto resulta muy difícil o extremadamente doloroso. Explica cómo funciona la terapia EMDR de una forma visual y accesible. Además, en el apartado del Jardín Emocional, plantea la importancia de la conexión y del reconocimiento de las emociones, así como el papel imprescindible de los padres en este proceso.
Más información en el siguiente enlace: https://www.edesclee.com/colecciones/amae/como-puedo-salir-de-aqui
EMDR para la próxima generación. Como sanar a niños y familias de Joanne Morris-Smith y Michel Silvestre.
Un libro para entender la aplicación de EMDR en las distintas etapas del desarrollo evolutivo del niño elaborado por dos entrenadores EMDR en niños y adolescentes, con una mirada muy centrada en el trabajo con la familia.
Un libro con herramientas para el trabajo con EMDR en población infantojuvenil.
Pequeños prodigios. La curación del trauma infantil con EMDR de Joan Lovett (2019)
"Con un corazón compasivo y un abordaje a los Sherlock Holmes para desvelar los misterios de la mente, Joan Lovett nos envuelve en los relatos de trauma infantil. Cautivará por igual a padres y profesionales", Edward M. Hallowell, Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard.
“Pequeños prodigios puede ayudar a los padres a ver la diferencia entre un niño que está temporalmente afectado por una experiencia difícil y uno que está sufriendo de un modo que precisa ayuda. La doctora Lovett explica cómo los padres y los profesionales puede ayudar a los niños traumatizados mediante el EMDR, un nuevo abordaje que es radical pero eficaz. Sus explicaciones claras y compasivas abren la posibilidad de esta terapia a muchas más familias", Meg Zweiback, Universidad de California.
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La terapeuta infantil, entrenadora e investigadora mexicana Lucina Artigas, y Sandra Baita, psicóloga argentina experta en el tratamiento de niños con trauma complejo y disociación abordan en esta entrevista el trauma en la infancia y su tratamiento con EMDR.
Ambas han participado en España impartiendo talleres y congresos internacionales de EMDR en los últimos 4 años.
En 2020 a raíz de la pandemia por el COVID19 surge la Alianza Global EMDR Infantojuvenil. Esta alianza se crea desde la colaboración desinteresada tanto de Entrenadores como de Consultores de Niños y Adolescentes de EMDR a nivel internacional. En ella se compartieron y desarrollaron recursos para atender a niños y familias durante la pandemia. Posteriormente se ha seguido manteniendo su actividad. Entre sus objetivos está dignificar al terapeuta Infantojuvenil y dar reconocimiento y validación a la formación EMDR en niños y adolescentes como una formación con un recorrido y acreditación propia.
En diciembre de 2021 se celebró el primer Congreso de la Alianza con exposiciones dirigidas a la intervención con menores.
Os dejamos el enlace de la entrevista realizada por Cristina Cortes a Ana Gómez, promotora y presidenta de la Alianza Global EMDR infantojuvenil. Ver entrevista